La innovación como nuestro motor
Científicos de las Universidades de Helsinki y de Cornell afirman que la creatividad responde a un gen específico en nuestro ADN, y que sumada a la experiencia de vida, su expresión es hoy sumamente valiosa: capacidad para desarrollar pensamientos e ideas con mucho más detalle, capacidad para componer o improvisar en formas artísticas, en general, tener el talant0 para idear, crear y generar innovación.
La innovación esta en el ADN de SOOM, en su origen. Una cierta rebeldía marcaba el inicio de la compañía, una determinación por no seguir órdenes, reglas rígidas o plantillas. Pensar cada contexto parecía divertido y emocionante, primero investigar el estado del arte (sin agotar la bibliografía en la materia, más aquello conveniente para ser oportunos ante una necesidad), luego un poco de astucia para poner en juego lo aprendido y la apreciación del contexto, a eso le agregamos osadía y buen juicio, además algo de suerte y mucha fe; detrás de todo, compromiso y responsabilidad en cada acción.
La innovación entonces, nace en una mente curiosa, indiscreta, inconforme, desobediente y aspirante. En las formas de trabajo, se expresa como una constante variación del pensar y por tanto de actuar. En SOOM solo se perpetúa un hilo conductor afincado en la calidad, los resultados, los costos y las consecuencias en la visión. Todo lo demás debe mutar, perfeccionarse, degradarse, desaparecer o recrearse. Es casi un credo.
Cada vez que decides no cambiar, estás rechazando una experiencia de vida. Cada vez que decides no iniciar algo distinto a la “bendita” rutina, estás perdiendo la oportunidad de un nuevo amor, en el sentido más amplio de la vida. Hoy después de 20 años de fundada, SOOM no deja de mirar seriamente cada novedad que llega a sus ojos o que escucha al paso, con las mismas tremendas ganas de saber que el primer día.
La satisfacción por los aprendizajes continuos, la decisión por la oportunidad de seguir construyendo propuestas, el dar origen a un laboratorio de soluciones en gestión de personas y organizaciones, diversificar sin excepciones y, la puñetera decisión de no crear plantillas después de dos décadas tiene una simple razón, el puro gusto. Y es que como la investigación afirma hoy, los que crean poseen en su ADN un neurotransmisor que procesa la serotonina, la hormona del placer.
Sato Tamashiro
Gerente General