La diversidad y los derechos LGTBIQ en las organizaciones
Ser homosexual es un delito en 71 países. En el Perú, según el INEI, el 62.7% de la población LGTBIQ (lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersexuales y queer) peruana señala haber sufrido violencia y discriminación por su orientación sexual o su identidad de género.
La Primera Encuesta Virtual del INEI revela que más del 40% de colaboradores LGBTIQ teme expresar su identidad de género y normaliza la violencia. Y en otra encuesta realizada por el Grupo Vodafone, se encontró que una de cada cinco personas LGBTIQ dijeron que salir del closet en el trabajo es lo más difícil que han hecho.
Muchas personas prefieren mantenerse en el closet dentro del trabajo por miedo a enfrentarse a hostigamiento y despidos arbitrarios. Además de tener otros impactos negativos como el aumento de sus niveles de ansiedad, por la necesidad de estar en constante alerta, por ejemplo, mintiendo sobre sus parejas y los lugares que frecuentan, y generar un sentimiento de aislamiento en ellos.
En nuestro país, a pesar de vivir en un contexto adverso para la diversidad sexual, el sector privado está dando el primer paso, y está asumiendo el reto de otorgarles a sus colaboradoras y colaboradores estos derechos que el Estado aún no les reconoce, pero que entiende como justos y necesarios.
El closet y la sensación de rechazo y discriminación se constituyen también como pérdidas para las compañías. La cumbre del Foro económico mundial, celebrada en Davos en enero de 2017, reconoció específicamente el costo económico de la discriminación en el lugar de trabajo. El Banco Mundial (2014) proporcionó cifras de este costo, que ascienden a $ 32,000,000,000 por año. Por ejemplo, en India es el equivalente a un 1.7% del PIB del país.
Relacionado a ello, diferentes investigaciones reconocen que la implementación de políticas laborales inclusivas que aprovechan el talento de la comunidad LGBTIQ dan como resultado un impacto positivo en la economía organizacional: generan nuevas perspectivas, motivación y lealtad con la organización, garantizan la permanencia laboral y atraen consumidores.
Por esta razón, el 93% de las corporaciones del ranking global Fortune 500 prohíben la discriminación por orientación sexual, y el 75% cuenta con políticas corporativas relacionadas a la identidad de género y enfocadas en las personas trans.
Es así que en Presente realizamos el primer Diagnóstico de Diversidad y Equidad en el Perú de la mano de la consultora SOOM Personas & Organizaciones, para tener una primera mirada sobre cómo el sector privado peruano viene lidiando con la diversidad al interior de las organizaciones. El resultado ha sido muy alentador: participaron cerca de ochenta organizaciones, de veinte rubros distintos, entre empresas, ONGs, y organismos del Estado.
Es así que encontramos que el 32% tiene medidas contra la discriminación laboral, de las cuales el 26% incluyen a la orientación sexual e identidad de género como una causal de discriminación. Asimismo, 19% de las empresas participantes están en proceso de incorporar políticas laborales inclusivas con la diversidad y el 17% ya cuenta con ellas. Además, un 7% de ellas cuenta con políticas internas que permiten el reconocimiento del nombre social de sus colaboradores trans y un 11% está en proceso. Finalmente, el 17% extiende los mismos beneficios de las parejas heterosexuales a las parejas del mismo sexo.
El cambio social en Perú no sería posible sin la articulación con el sector privado, quienes se podrían convertir en referentes de diversidad y equidad a nivel nacional.
El cambio ha empezado.
Gabriel de la Cruz Soler
Director General
Presente
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